reportajes urbanos
Algunos contornos personales
Nano quiere cocinar en tu casa
Cuando Nano da de probar lo que ha cocinado, dicen que todos mantienen la boca cerrada. Está en Madrid desde hace cinco años. Ha saltado de restaurante en restaurante -Lima, Trujillo, Quito, Bilbao, Madrid- innovando y a veces padeciendo recetas prepotentes o ingredientes de color acre. Y hoy piensa que el tiempo ya se cumplió. Entonces el próximo año Nano Gómez recogerá sus cuchillos y junto con su chica enrumbarán hacia Sudamérica o Asia. Una vez allí se pondrá al frente de lo que será su primer restaurante cuyo nombre con total seguridad será el que lleva su hijo.
El sabor peruano está garantizado. Las fuerzas y la fusión también.
Por el momento, mientras viaja de forma constante a Suiza para llevar su sabor a cientos de comensales en un fin de semana de festivales, en Madrid se defenderá de la situación económica cocinando en casa. En las casas de quien quiera disfrutar de sus platos: anticucho de pulpo, causa de atún nikkei, bombón de atún, entre muchos otros.
Cuando tienes fechas que torturan
Vive en Madrid desde el 2000, hace seis años se compró un piso en un barrio céntrico, tiene 44 años y también entre sus manos hoy una carta que le dice que en 2 meses debe dejar su casa. Antes ya tuvo otra notificación en la que le indicaban que el 29 de noviembre debía dejar junto con su esposa la casa que él mismo restauró y por la que llegó a pagar durante un año una hipoteca de 1.450 euros. Culpa del euribor, dicen.
Sus hijos ya regresaron a Ecuador. Y él, José, para no perderlo todo, va a dormir casi todas las noches frente al banco que un día le tendió la mano en un gesto que hoy no significa nada. O sí: perderlo casi todo.
"Ya para qué se iban a quedar mis hijos, si todo está muy mal aquí", dice entre familiares y amigos que se reunieron a las 10.30 de la mañana del 29, hora del desahucio, en la que aún es su pequeña sala.